¡Pobre lluvia! Siempre bastardeada por los intolerantes, marginal elemento de nuestra naturaleza, ojala algún día puedas hablar y contestarle a todas esas voces con las que hay que lidiar. Tal vez algún día sepan apreciar toda tu belleza, espero poder estar vivo para cuando esto suceda.
Son los sonidos que se desvanecen detrás de cada gota, los que me hacen amarte mas fuerte. ¡Un buen vaso de alcohol también sirve! Ahh, Me siento atraído, muerto en una plegaria acuática. ¿Qué seria de la poesía sin lluvia? ¿Vaya uno a saber la suerte de Kafka?.
Lo único que se, es que mañana es lunes y que el trabajo me espera. Trabajo para sobrevivir y solo eso, tengo deudas por vivir, ¿que clase de dios permitiría eso?
¡No importa!, ¡Vamos carajo, concéntrate en otra cosa!... Que el mundo no devore tu sonrisa. Tengo una ventana, la ciudad y la lluvia.
¿Y ella?, ella si puede destruirme, pero no quiero pensar, no quiero. Su pelo, el perfume, todo me hace dudar al salir a la calle, es mi pecado pensar que siempre va estar merodeando mi mundo, como una sombra eterna.
Ay cerebro… ¿Por qué me haces esto? ¿Querés Marihuana?... ¿Necesitas eso para no preguntar más?... vamos se bueno, que hoy no es un gran día.
Por el amor de Alá, me quede sin, voy a tener que hablar con oscarcito mañana, definitivamente hoy no es un buen día.
Que estupido creer que esto me ayudara, pero... ¡que necesario la pucha! El humano cada día es más un adicto al placebo que la realidad. Me incluyo, siento la mediocridad, es inevitable, cuanto cuesta conseguir un pedazo de paz, cuanto cuesta esa palabra en todo aspecto.
Triste muchacho, tu alma
es un lago, ves en la luna
aquella figura que gira
y te mira
te hace perder y te hace quebrar
solo ella puede dejar de bailar
así como la noche tiene
su reina, el día tiene su rey
el sol arrogante y amante.
Cojea el lago con su suerte
camina la briza sin prisa
sobre sus sueños perenne
Y el lago quería por amante a la luna y esta quería al lago por espejo, mientras que el sol la engaña con las estrellas el lago espera en silencio
¿ Podrá esperar el corazón?
antes de que termine esta canción
Puede el sol ser infiel y la luna
amar, ¿quien le dirá, al lago
como llorar?
Y el lago quería por amante a la luna y esta quería al lago por espejo, mientras que el sol la engaña con las estrellas el lago espera en silencio
Y el lago quería por hermana a la luna y esta, solo quería al lago por espejo, mientras que el sol la engañaba con las estrellas, el río, aguardaba en silencio su triste final en el mar
La vida nos ha enseñado que la mentira es una creación humana, inimaginable para Dios.
Hoy, sin día ni noche, estoy aquí en frente del todopoderoso jugando al truco.Buen muchacho, de barbas largas negras, medio calvo, ojos achinados y tez rojiza, él tiene un problema y es, pensar que todo esta bajo su control. Él no comprende que la única deidad en este juego es la picardía.
Tres cartas para cada uno, tengo a Hermann a mi lado, observando los grandes momentos del juego, el bueno Fiodor se agotó y se fue a dormir y el “uruguayo” Mario se retiro para reflexionar sobre el paraíso celeste y sus contradicciones.
–Sos mano – señala el creador.
Pésimas cartas, una mano difícil, un beso y dos muchachos con calzas; mmm... no tengo para el tanto, ni para correrlo. Me faltan tres puntos nomás, y a él, solo uno. Tengo que arriesgar, toda la humanidad está conmigo, no los puedo decepcionar.
– Envido y truco – canto con entusiasmo.
Veo los ojos de dios, muy fijos en sus cartas, tiene algo, pero no confía en su mano ni en mí presencia, creo que esta es la primera vez que un hombre lo arrincona.
– ¿Y, pacha mama?... ¿querés o no? Vamos, rápido.
– No me apures humano, el tiempo acá es eterno
– Si lo se, pero quiero aprovechar en otras cosas, en cualquier momento cae un amigo del barrio y quiero tomar un bermú con él. A por cierto, no me gusta que me digas humano, mi nombre es Miguel.
– Lo se. Eres hijo mío - señaló.
– ¡Otra vez con eso!, yo soy hijo de Gabriel Suarez y Margarita Olic , oriundos de Coghlan.
– Yo los cree, por ende todo existe gracias a mí – contestó el todopoderoso enojado.
– Eso no lo se, de lo que si estoy seguro es que ellos se levantaban a las 6 de la matina para traerme un plato de comida todos los santos días. ¡Bueno basta de esto!... Te cante algo. ¿Querés o no?
– Me voy al mazo-dijo con resignación Dios- No confío en estas cartas.
– ¿o no confías en mi? – dije sonriendo
– Ambos – respondió.
Bueno, esta es la ultima mano, mequeda un punto y la humanidad podrá sentirse orgullosa de ella misma. El hombre, después de tanto sufrimiento, puede derrotar a su padre supremo y hacerle morder el polvo.
– Bueno, estoy a un punto de ganar, arrancas vos – dije con convicción ( un treinta y tres de envido en las manos alimentaba mi algarabía).
– Real envido – Cantó Dios.
– Falta envido – Respondí.
– No puedo decir que no - contesto.
Una gran sonrisa se dibujo en mi cara
– Estas como las putas – balbucie.
El me miro con furia.
– treinta y tres – dijo sonriéndome
Un golpe duro y seco, no hay nada mas que hacer, perdí.
– Un placer jugar con vos miguel – dijo el Señor. – La próxima vez será.
Dios dejo sus cartas en el mazo, mis ojos se iluminaron como cuan rayo en la tormenta.
– Perdón, mi buen creador, ¿Donde están los treinta y tres? No los vi en mesa.
Sus ojos me miraron con desconfianza.
– Están en el mazo, los puse ahí cuando terminamos – dijo en tono severo.
– Pero yo no los vi – Respondí enojado.
– Pero miguel, ¿vos no crees en lo que te digo? ¿Dudas de mí?
– Todo el tiempo, la duda es la mejor arma de la humanidad, así que, gane.
Y así, me retire caminando, con el pecho inflado y el orgullo por encima de las nubes.
Y ahora, sólo resta esperar el final, la aurora boreal que brota del horizonte ártico será la única testigo de mi descenso, historiadores, poetas y mortales pueden hacer un best sellers con este papel, blanco, sucio y mojado, lastima que solo “eso” y yo conozcamos el verdadero final, nosotros dos seremos los únicos testigos del “gran fínale” de esta locura. Además, dudo que la bestia sepa el idioma humano, así que soy el único capaz de narrarla.
Resulta complejo escribir estas líneas con aquel monstruo acechando en los alrededores de mi escondite, por momentos sus pasos se acercan y desaparecen, dejan ondas temerarias flotando en el aire. Mi escondite es una pequeña despensa y esta resguardada por una puerta de metal, no es muy resistente, un buen golpe es suficiente para derribarla, pero la esperanza me permite creer que esta durara una eternidad y que saldré vivito y coleando de aquí.
Si quieren saber algo de mi, queridos lectores, poco podría decirles, soy humano, tengo el pelo castaño, flaco y extremidades largas y delgadas, casi un esqueleto sino fuera por la fracturada piel que cubre mi cuerpo.
No recuerdo como llegue aquí, unas ideas vagas recorren mi mente, una sombra desconocida, una sonrisa macabra en su rostro y una pastilla roja, extraña y llamativa por su luminosidad y variedad de tonalidades. En fin, nada concreto, cuando volví a abrir los ojos, ya me hallaba aquí, encerrado en el ártico, muerto de frío y vestido con ropas extrañas y cubierto por un manto zaparrastroso.
A mi costado se encontraban dos hombres de talla mediana, ambos con rasgos similares, pelo y barba negra, ojos azules y grises, sino fuera por sus narices, creería que eran hermanos. Ellos también sufrían las penurias de la tundra, sus dientes rechinaban del frío y sus ponchos era igualmente de inefectivos que el
mío.
Pasaron horas antes de que me animara a emitir algún comentario, los sombríos hombres permanecían silencios y turbios, les pregunté que hacían allí y si sabían algo de esta prisión. Enorme fue mi tristeza al no encontrar respuesta alguna, ambos respondieron a mis preguntas con un leve movimiento de hombros indicando desconocimiento. Todo era confusión, la decepción se transformó en inquietud y esta se convirtió en miedo
Querido editor, amado lector, existieron detalles exquisitos en nuestra celda, ataques de nervios, baba blanca y mas pero no puedo detallarlos, tengo un solo pedazo de papel y “eso” me esta acechando. Así que debo aprovechar cada momento de tranquilidad para narrar esta historia.
Pasaron muchas cosas, estoy aquí en mi escondite, ya tuve mi primer encuentro con la bestia. Ayer, se apareció sin previo aviso, destrozó la puerta de metal con sus amplias patas y con la tempestad de un tornado, sujetó bruscamente a uno de mis compañeros de celda, los alaridos y la violencia con la que se abalanzó sobre el pobre hombre despertaron en mi, fuertes sentimientos de temor y piedad. Los gritos del muchacho y sus consecuentes pataleos no fueron suficientes para alejar a “eso”. Finalmente, la bestia color celeste, saco su cola plateada y con la aguja que pendía de ella, anestesió a su victima, esta resistió pocos segundos, antes de que el veneno surtiera efecto.
La primer victima ya se había ido y en esa celda quedaba solamente su compañero y yo, la piedra fundacional de nuestra relación fue el miedo sin duda, por eso comenzamos a idear algún tipo de plan que nos permitiera escapar y alejarnos de ese maldito infierno, acordamos a las pocas horas, que la próxima vez que regrese el monstruo, ambos nos abalanzaríamos sobre él y le daríamos muerte.
Un tiempo después de congeniado el plan, detallado punto por punto, el gigante celeste enseñó sus dientes y se lanzó sobre la naturaleza de mi compañero, en las tinieblas el forcejeo se parecía a una lucha de sombras en busca de luz. Me arrojé sobre la bestia con todas mis fuerzas y lo golpeé muy fuerte en el cuello, un estruendoso alarido surgió de sus fauces, de la piel blanca y pelaje negro, nació un hilo de sangre, mi compañero cayo al suelo malherido mientras que la bestia herida se tambaleó de un lado para el otro.
Muchos me juzgaran por lo que voy a narrar ahora pero, dada la situación, el individualismo siempre triunfa, mas si son personas como yo, aceptó mis errores y los digo y es poco probable que cambie mi forma de ser.
Noté que a pesar del gran golpe, “eso” seguía con fuerza y que su furia estaba lejos de apagarse. Fije los ojos en la luz que emanaba la entrada, la puerta se hallaba abierta de par en par, miré a mi compañero y vi en sus ojos que él ya sabia lo que yo haría, entendido esto, me escapé y salí a un pasillo largo y lleno de puertas, una de mis sospechas principales ya había sido confirmada, no éramos los únicos y seguramente la bestia estaba acompañada.
Los gritos de mi compañero duraron pocos segundos, seguramente el aguijón lo alcanzó, por mi parte deambule por los amplios pasillos de la guarida de aquella criatura. Mi aventura duro muy poco, unos cuantos minutos después, una voz grave y ruidosa alertó al resto y me dieron persecución. El pasillo se lleno de bestias color celeste y aguijones plateados, sus pasos destrozaban el piso y las paredes retumbaban ante la agitación que ellos emanaban. Finalmente encontré una puerta y salí a un extenso parque, de pasto color verde y la luz del claro día se llevo a mis ojos por delante, dejándome ciego por un instante. Entre un grupo de árboles, hallé una pequeña casilla de metal y mi querido lector, es desde este lugar donde escribo mis últimas palabras. No duraré mucho aquí adentro, las bestias son bichos hábiles, son cazadores natos.
Así que gracias por leer el último fragmento de un hombre que nació mortal y morirá encerrado como un ave en una jaula.
Julien.
PD: Se recomiendo leer este relato con tema de fondo, el que esta al principio
La botella dejó su vida en un pequeño vaso, el elixir etílico murió con estilo, empapando los labios de Caleb, un triste y patético River – Huracán de fondo, quiebra la paz de su soledad y trae a su mente el doloroso recuerdo de la última vez que intento amar. Recuerda el campeonato pasado, cuando todo estaba bien y ahora ve su imagen solitaria en el cristal del vaso. Por momentos, piensa y agradece su situación actual, no le desagrada ser borracho, ignorado o marginado, el silencio resulta ser la mejor dama de compañía, pero cuando la soledad sale a bailar y agita su cuerpo seduciendo el futuro, se ve solo, desamparado y sin sendero por recorrer.
El comienzo de la semana se acerca y Caleb ya no puede planificar una agenda, la bebida le quitó esa facultad, hace siete días que no esta sobrio y la realidad ya no es la misma, las emociones son tambaleantes y fuertes, van y vienen como el dinero en las manos de los consumidores. Los relatores del partido, comentan y juegan con la atención de nuestro individuo, venden sus visiones y pisotean a las demás. Goles por todos lados y un hombre solitario observa inquieto las redes moverse.
Tomó su abrigo y se alejó del oscuro cuarto, cruzó los pasillos de la residencia que lo alojaban en el centro de la ciudad y pateó las calles sin destino. Sus pasos no son firmes, su alma maneja un cuerpo sin volante. Distraído por la vida, la sorpresa invadió su cuerpo, cuando un inmenso colectivo lo salpicó al pasar cerca del cordón de la vereda que yacía inundado por lluvias pasadas. Su rostro furioso contempló el móvil y allí diviso una rubia cabellera, unos ojos azules y una nariz lampiña, era ella.
Un collage de emociones acribilló su débil cerebro, los recuerdos brotaron como las flores en la primavera, quería subirse al colectivo, pero también quería dejarlo pasar y borrar esto de su memoria, sus facultades no eran las mismas de otros días y las reacciones y acciones podrían resultarle contraproducentes. Por ultimó, su corazón recibió la ultima estocada del día, en el asiento de al lado se hallaba el ex novio de la chica, aquel con el cual había competido en otro momento, lo veía feliz y jubiloso.
“soy fácilmente reemplazable”, se dijo para así mismo. Sus ojos cristalinos, buscaron el cemento algo de compasión, pero fue inútil, camino hasta encontrar un supermercado y allí compró algo de vodka barato, de color gris como su vida misma. Subió las escaleras de la residencia y entró violentamente a su cuarto, dejo sus cosas y bebió parado un trago, vio por la ventana la vida pasar y las preguntas brillaban huérfanas de respuestas.Su cuarto no quedaba lo suficientemente lejos del piso.
Federico Rollini 20/02/11
lunes, 14 de febrero de 2011
Por lo general, era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño no veían nunca en él más que uno de los dos lados. Algunos le querían como hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían en él al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo, ser amado en su totalidad y no podía, por lo mismo, principalmente ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero también había otros que precisamente amaban en él al lobo, precisamente a lo espontáneo, salvaje, indómito, peligroso y violento, y a éstos, a su vez, les producía luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad... (H. Hesse)