domingo, 20 de febrero de 2011

Las Memorias de Caleb /1 Parte



La botella dejó su vida en un pequeño vaso, el elixir etílico murió con estilo, empapando los labios de Caleb, un triste y patético River – Huracán de fondo, quiebra la paz de su soledad y trae a su mente el doloroso recuerdo de la última vez que intento amar. Recuerda el campeonato pasado, cuando todo estaba bien y ahora ve su imagen solitaria en el cristal del vaso. Por momentos, piensa y agradece su situación actual, no le desagrada ser borracho, ignorado o marginado, el silencio resulta ser la mejor dama de compañía, pero cuando la soledad sale a bailar y agita su cuerpo seduciendo el futuro, se ve solo, desamparado y sin sendero por recorrer.
El comienzo de la semana se acerca y Caleb ya no puede planificar una agenda, la bebida le quitó esa facultad, hace siete días que no esta sobrio y la realidad ya no es la misma, las emociones son tambaleantes y fuertes, van y vienen como el dinero en las manos de los consumidores. Los relatores del partido, comentan y juegan con la atención de nuestro individuo, venden sus visiones y pisotean a las demás. Goles por todos lados y un hombre solitario observa inquieto las redes moverse.
Tomó su abrigo y se alejó del  oscuro cuarto, cruzó los pasillos de la residencia que lo alojaban en el centro de la ciudad y pateó las calles sin destino. Sus pasos no son firmes, su alma maneja un cuerpo sin volante. Distraído por la vida, la sorpresa invadió su cuerpo, cuando un inmenso colectivo lo salpicó al pasar cerca del cordón de la vereda que yacía inundado por lluvias pasadas. Su rostro furioso contempló el móvil y allí diviso una rubia cabellera, unos ojos azules y una nariz lampiña, era ella.
Un collage de emociones acribilló su débil cerebro, los recuerdos brotaron como las flores en la primavera, quería subirse al colectivo, pero también quería dejarlo pasar y borrar esto de su memoria, sus facultades no eran las mismas de otros días y las reacciones y acciones podrían resultarle contraproducentes.  Por ultimó, su corazón recibió la ultima estocada del día, en el asiento de al lado se hallaba el ex novio de la chica, aquel con el cual había competido en otro momento, lo veía feliz y jubiloso.
“soy fácilmente reemplazable”, se dijo para así mismo. Sus ojos cristalinos, buscaron el cemento algo de compasión, pero fue inútil, camino hasta encontrar un supermercado y allí compró algo de vodka barato, de color gris como su vida misma. Subió las escaleras de la residencia y entró violentamente a su cuarto, dejo sus cosas y bebió parado un trago, vio por la ventana la vida pasar y las preguntas brillaban huérfanas de respuestas.Su cuarto no quedaba lo suficientemente lejos del piso.


Federico Rollini 20/02/11

lunes, 14 de febrero de 2011



Por lo general, era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño no veían nunca en él más que uno de los dos lados. Algunos le querían como hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían en él al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo, ser amado en su totalidad y no podía, por lo mismo, principalmente ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero también había otros que precisamente amaban en él al lobo, precisamente a lo espontáneo, salvaje, indómito, peligroso y violento, y a éstos, a su vez, les producía luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad... (H. Hesse)

domingo, 13 de febrero de 2011

Karma


Muchas veces, el borracho dice 
la verdad.

Busco la razón en las estrellas,
consulto al destino por una respuesta
viviré mil vidas, diversas y extraordinarias
pero en ellas, se repetirá, una y otra
vez el mismo Karma.
En una sociedad de almas o de carne
tu nombre será la bendición maldita
por la cual, me ahogare en penas y
esperanzas sanas y perfectas,
como el rocío sobre el rosedal en
una noche de verano.
Muchos senderos, todos con el
mismo final, ojos perfectos, intoxicados
de pasión divina y la sonrisa
que tanto envidian los ángeles.
Resignarse o intentar, la gran
cuestión y la razón principal,
por la cual vale la pena
respirar el aire y rezar,
delirar en  tus brazos y
que estos caigan sobre mí
y  morir dignamente.


Federico 14/02/11

miércoles, 2 de febrero de 2011

El himno del hombre roto

La luz trae una nueva sinfonía y
el silencio flota en el patio.
Los ojos de la muchedumbre
brillan en la ausencia,
no miran, ni dejan mirar.
Flamea una bandera y
en las orillas de un río,
se eleva el  Monumento al cabizbajo,
todos entonan el himno
del hombre roto.

Gritos sin alma, sin
patria, viciados por el olor
etílico de la derrota moral,
deambulan  por otras tierras buscando
un arroyo, un terreno, un lugar
donde morir.
El día es noche y la noche
es infierno.
Olvido y desesperanza,
la sonrisa quebrada, producto
de cuerpos grises sin espiritu,
todos entonan el himno
del hombre roto

Legiones armadas, sin rostros
y con olor a muerte patrullan
el patio.
Legiones de negros deseos
esperan el silbato de su amo,
escuchan el  eco de sus corazones
y su triste razón.
Un ajedrez sin tablero, con
fichas perdidas,
ellos también entonan
el himno del hombre roto



Federico (02/02/11)