naufragando en el mar
de los titanes,
Avasallado por las olas
de la indiferencia,
disputamos nuestros cuerpos
en cada golpe, en cada inmersión.
¿Puede la luna ser de oro
y derretirse sobre nuestras
tardes?
Tal vez el otoño nos prepare
para lo peor, el silencio distante
y las mil razones que nunca
comprenderé
¿Podrá el olvido, olvidar las razones
Que lo transformaron en deseo?
Y así, finalmente el desierto seco y
las miradas cómplices que saben
nuestros errores callan
por una rato… hasta que nos volvamos
A cruzar
Federico (10/04/2012)
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