lunes, 31 de agosto de 2009

Drama universal

Un trazo fino dibuja el contorno
una sombra de amor
Que rodea el aire, lo apresa
Y lo asfixia.
Concédeme el deseo de ver
Rotas las cadenas que aprisionan
El cansado corazón de la luna.
Quiere ser libre y consultar a la
Voluspa su destino
Quiere al tímido sol invitar,
Ella lo ama y él lo sabe
Pero las estrellas son celosas
Y se interponen.
¿Por que las hermanas ocultan
A su hermano?
Luna quiere ser madre y el sol
Padre, pero las estrellas no quieren
Ser tíos.
Es el drama del universo.
Cada eclipse, representa
el encuentro en secreto
de los mas hermosos
amantes espaciales.


Federico (01/09/09)

lunes, 10 de agosto de 2009

CONSTRUIR LA HISTORIA

Con sus pinceles
Dos jóvenes construyen
La historia en un Cuadro
El color rojo indica los acontecimientos
En donde la sangre y la guerra imperaron
Este color se transforma en negro por momentos
Dando paso a la muerte y la tragedia.
en los alrededores de estos colores aparece el color azul
que denota los avances del espíritu de la
humanidad y el amarillo los avances materiales.
finalmente en el centro, se encuentra un gran corazón
dibujado y pintado de color verde, deslumbrante, luminoso
y lleno de esperanza. Esa esperanza que nace al saber
que uno no esta solo pintado un nuevo amanecer.

Federico y Guiou (10/08/09)

domingo, 2 de agosto de 2009

DIAS CON MI PADRE

Al contemplar las plazas enrejadas, mil recuerdos vacilan en mi mente, algunos hermosos y otros duros, los más bellos sin duda son aquellos que tengo con mi padre.
Aún recuerdo nuestras vivencias en la calle, donde él, con una simple sonrisa hacia frente a todas las tempestades y consecuencias de ser pobre. Siempre decía lo afortunados que éramos, porque si bien no teníamos ni techo ni comida, podíamos ser libres, convertirnos en un sin fin de personajes, sin hacer caso a la critica callejera. Recuerdo que su personaje favorito era el Quijote y siempre por decantación yo era Sancho Panza, a pesar de que el tenia mas barriga que yo. Estas aventuras se potenciaban cuando conseguíamos los elementos para expandirla, los palos de escoba eran nuestros corceles, las ramas eran nuestras espadas y las cajas de pizza de un lugar coqueto eran nuestros escudos. Nuestro tenaz enemigo eran los tachos sin payos de la basura, letales, gigantes desde mi perspectiva, pero solo eran un reto para mi padre.
A decir verdad, no recuerdo la cantidad de personajes que interpretamos, ¡fueron tantos! ¡Y tan variados!, lo mejor de nuestra relación fue la fantasía
En cuanto a la supervivencia en el mundo real, solíamos mendigar u ofrecer nuestros shows literarios, a la gente magra del subte, nuestras interpretaciones de clásicos solían de ser del agrado de la gente y esto nos permitía sobrevivir un día más en la tierra. Mi padre siempre me decía con una gran sonrisa
- hijo, ellos no son distintos a nosotros, ellos también han venido a la tierra a sobrevivir en vez de vivir, su imaginación muere cada día al finalizar el horario laboral, el mundo esta perdiendo el amor, pero se y tengo mucha fe de que esto va a cambiar, por que no se puede vivir así por siempre, solo falta la explosión de la conciencia, nada mas, vernos como humanos y no como números, sentir nuestra sangre y nuestra piel, saber que somos únicos en el tiempo y que el cielo solo es una extensión de nuestros sueños.
Sus palabras eran dagas que penetraban hondamente en mi, jamás escuche a una persona que no fuera él, ¡lo sabia todo! Era mi mejor maestro y amigo.
Una de sus mejores características era su concepción de justicia, siempre mediando por el bien de todos, muchas veces el hecho de ser pobre jugaba en su contra y se transformaba en un chivo expiatorio para los filosos cuchillos verbales de los pudientes, pero aún así, siempre velo por la seguridad de todos los seres humanos sin distinguir su clase, color o religión. Él no quería dinero, ni favores, se contentaba tan solo con un gracias. Siempre me decía.
- Sancho, un gracias sincero, de esos que salen del corazón, vale más que todo el dinero del mundo, por que no es José o Susana los que hablan sino aquello que nos hace humanos, nuestras almas.
A pesar de ser ateo, el creía en el alma como aquello único del ser humano que le brinda su esencia de distinción.
Así es… mi padre era un ser excepcional y debe ser por eso que la muerte se fijo en él, semejante esmeralda no era digna de ser contemplada por humanos.
Una fría noche de invierno, mi padre y yo buscamos refugio para la noche, pero no encontramos nada, el frió era cada vez mas intenso y nuestras ropas harapientas no ayudaban. A pesar de que caminamos mucho, esto no nos sirvo para entrar en calor, era tal la helada que nuestros pulmones parecían icebergs.
Las horas se secaban como un saco de té usado, y nuestras vidas se iban con cada brisa invernal.
Finalmente, paramos en una plaza del centro de la ciudad y allí mi padre, me miro fijo a los ojos y con la sonrisa mas brillante que vi en mi vida me dijo:
- lazarillo, dormiremos en esta plaza y yo te cubriré con mi chaqueta, no ha de ser que te agarres un resfriado y tenga que actuar horas extras para cómprate los benditos yuyos medicinales, así que no quiero quejas ni reproches. Pensemos que estas son vacaciones en un monte helado y que pronto el gigante nórdico del hielo querrá venganza por invadir y usurparle sus tierras, así que tenemos que descansar mucho para poder combatir a ese cruel adversario
Al pronunciar estas palabras nos acostamos en el banco central de la plaza y con sus grandes brazos me abrazo alrededor del cuerpo dejando muy pocos lugares expuestos al frió, su cabeza se acostó cerca de mi oreja y con una dulce voz pronuncio.
- sos y serás mi orgullo por siempre, mi gran compañero de aventuras.
De esta manera se termino la noche y con ella la vida de mi maestro, al despertar vislumbre su sonrisa inmóvil, inobjetable, su cuerpo estaba helado debido a que en el transcurso de la noche él me había cedido su chaqueta quedando en remera, expuesto a la helada. De esta manera, lo último que había hecho en su vida fue sonreír, protegerme y abrazarme.
El fin de mi padre dio lugar a una serie de interminables acontecimientos en mi vida, pase por reformatorios, por comisarías, hospitales públicos. Con los años, el destino me otorgo una beca en la universidad de la calle, donde aprendí aquello que mi padre ya sabia y día tras día aplico esos conocimientos a mis jóvenes “sanchos” que con el paso del tiempo crecen en número a lo largo y ancho de la ciudad, dando como resultado una legión de historias y personajes dignos de ser escuchados.

Federico (02/08/09)