viernes, 28 de enero de 2011

Romanticidio II



Bajo un árbol yace
el cuerpo de mi esposa
moribunda.
Atropellada por el éxtasis
de la codicia, conjura
sus últimas oraciones.
Confié en el cuchillo, que
destila verdad y este no
fallo. Atravesó su humanidad
y la locura escarbó los
desechos de este hombre mortal
Me juzgo ante mi propia sombra
Para planificar mí destino
y ella espera, fría, pálida
muerta sobre el fresno que
nos vio nacer como pareja.


Federico 28/01/11

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