jueves, 2 de junio de 2011

Diosa Dorada



Háblame sobre  los dioses dorados,
esos que habitan en tu corazón,
aquellos que no callan en la tempestad
y que me llevaran a donde nadie sabe.
Una noche para mí, la noche final para mí,
a través de los océanos, soy yo quien se va
una noche para mí, esta noche es solo para mí,
cuando las luciérnagas vuelen, presta atención
esa será la imaginación que me vio vivir y
me obligó a sentir el placer y el dolor mas humano.
Recuerda que esta noche es mía y de nadie mas
cuando la luna llore, tu corazón reirá por que
únicamente, el conoce este canto.
Grita al viento, abraza el aire, ahí estaré
detrás de las hojas que se desvanezcan
y en cada rayo de sol que ilumine tu cuarto
en la mañana.
Esta noche es para mí, esta última noche es para mí
tus brazos son míos, son fuertes y sujetan algo que nunca
se enfriara, vivirá por siempre, como el fuego
de ese volcán que se niega a lastimar.
Te escucho hablar y tus lágrimas se confunden
con los ríos de otro poema, siento tu piel calida, 
el cielo hecho carne,
una humana convertida en deidad.


Federico 03/06/11