Con el viento como pluma,
el poeta se niega a disparar
su esperazas al cielo, porque
este no es más que un espejo
donde la tierra se refleja.
Crea sus sueños a partir
de la carne y el corazón
de todo lo que este vivo.
Todo aquello
que se sienta vivo será
poesía, todo aquello
que nazca del alma infantil
y atolondrara será poesía
Morirán los bastiones oportunistas,
arderán los Kitasueños,
la pluma es redentora ante la injusticia.
Podrá morir el Poeta, pero nunca
la rosa narrada con espíritu o
el héroe perpetuado por la imaginación.
Tomar palabras y hacer piruetas,
dibujar destino sobre papel,
ese es el oficio del poeta.
Federico Rollini 05/07/2011
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