Soy un artista y la deformidad divina
de la creacion me dotó de curvas.
Soy eso que los demás no quieren
ser. Imagen maligna en el espejo.
No interesa el nombre, por que
el “eso” esta explicito en la misma
fealdad que cubre los huesos.
Hombre suertudo me han llamado algunos,
los látigos prefieren suicidarse antes
que tocar mi carne y extremidades.
-¡Ahí va “eso”!- Grita una niña aforrándose
a la mano de su madre.
-¿Mama por que el no es normal?
- Silencio hija – Responde la madre.
Con el paso de los años, las mascaras
ya no funcionan y no existe manera de
reinventar lo anti-estético.
En imposible tapar la fealdad cuando
se esta ahogado en ella.
Mis pútridos dedos acarician los ladrillos
de los bares durante la noche.
Ser borracho, drogadicto, mujeriego ya no es
pecado cuando el espejo se niega a reflejar
la imagen.
Soy un vampiro vegetariano, monstruo sin glamour.
Mi aliento disipa a los perros callejeros y las palomas
temen estar cerca, tienen miedo de contagiarse alguna
de mis pestes
¿De cual sufro hoy? lepra talvez, no lo se.
La fiebre amarilla es lo que se va a usar esta
temporada en el mundo de la moda parasitaria.
Hace mucho tiempo la parca se negó a poseerme,
antes de dar el zarpazo final, se arrepintió y huyo.
Corrí tras él con todas mis fuerzas pero fue en
vano. Tome el primer colectivo que paso por la
avenida.
Triste, busque algunos yonquis en la plaza, al verme,
dejaron la droga y reiniciaron sus vidas. Lastima
tenia ganas de probar un porro para ver que se
siente.
Finalmente la mañana llego y unos testigos de Jehová
tocaron mi puerta, pensé que querían venderme a su dios,
pero sucedió todo lo contrario, me tiraron agua bendita
y al no obtener resultados se convirtieron al ateismo.
Un gusano blanco se aleja de mi oído
y una araña camina por mi entrepierna
rumbo a su cueva.
Los hongos se debaten un lugar en mis
axilas, pelean como gladiadores por
sobrevivir.
Soy un hombre feo y mediocre.
A pesar de esto, hoy tengo una cita
espero que la muchacha no sea
detallista.
Federico
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