"Sangras utopías, y te contentas de ver que la sangre no deja de fluir"
FNR
jueves, 28 de febrero de 2013
martes, 12 de febrero de 2013
El Rey
Por primera vez en su vida, sintió que tenia el poder, que
el mundo podía dejar de girar si él así lo quisiera, no todos los mundos
obviamente, el mundo de su vecino o de todos los extraños que pasaban por el
centro porteño seguiría igual, pero si cambiaria uno en particular. Citó a su victima a las
catorce horas en un bar, ella no parecía sospechar nada sobre este crimen
amoroso.
Así fue, ambos tomaron asiento y charlaron distendidamente
sobre el clima, el tráfico, ella se mostraba tan alegre como siempre, no
sospechaba del cuchillo que su novio guardaba en su boca, muy afilado, lleno
de razones y palabras.
Una vez llegado el silencio, el cerebro del muchacho
organizó las palabras, esto tenia que ser veloz, sin sangre ni lagrimas, había
muchos testigos, la elección de palabras tenia que ser precisa y calida, cuestión
de que la herida cortante cicatrice más rápido.
-Quería verte así hablamos - dijo serio el muchacho
- Si decime, ¿que paso gordo? – Sonrío la chica
Las manos del chico
comenzaron a danzar en la mesa por el sudor, las puso en su pantalón en
intento secarse. Su boca se destacaba por la ausencia de saliva, ya no se sentía
poderoso, comenzó a pensar en el crimen, en la sangre, las lagrimas, en el alma
de su pobre novia.
– ¿Estas bien? – insistió la novia ya un poco incomoda por
el silencio.
En ese momento de
debilidad recordó que debía ser rey para poder matar sin tapujos, debía
despojarse de toda condición mortal y creerse descendiente de una divinidad
para finalmente quitar de su mundo a esta bella humana.
– Si, y esto es difícil de decir, pero creo que es lo mejor
– Dale decime gor – contestó secamente la chica.
– Creo que no da para más la relación, ya no me siento cómodo
y creo que ya no puedo darte nada de mí.
Estas palabras llenaron de aire el pecho del muchacho, ya
convertido en rey, elevó su tono de voz y repitió con sinónimos una y otra vez
esta frase durante unos minutos ante la atenta mirada de lo que hoy seria su ex
novia. El asesinato estaba completo en su mente, no parecía haber sangre, la
chica solo lo miraba como siempre, no notaba cambios, lejos estaba de cambiar
de color, su boca, su pelo, todo se hallaba en paz.
El mozo cortó el silencio sirviendo los cafés. El muchacho se
sintió incomodo por la tardanza, pues ya ella estaba muerta, ¿para que tomar un
café?
– y va a ser lo mejor – dijo Ella – Hace rato que no siento
lo mismo, pero no sabia como decírtelo.
– ¿Que? – dijo asombrado el chico
– Si, hace rato que no me siento bien, lo que pasa es que
vos sos tan bueno. no sabia como decírtelo.
El cielo se nublo, un mozo trastabillo y rompió una taza y
de pronto el homicidio que el rey había preparado se transformó en suicidio, ya
no poseía el poder, su pecho se agitó ante la desesperación, ahora no quería
perderla porque sabia que se estaba perdiendo asi mismo por el orgullo de haberse sentido rey, pero ya no podía volver atrás, vio en su pecho el cuchillo que había
llevado, lo tenia clavado en el estomago, sangraba, sangraba mucho. Comprendió
que esta historia el terminaría siendo el muerto y su novia la asesina inesperada, tan sonriente,
tan hermosa, tan buena. Ya no había marcha atrás, desangrado, atinó a pagar el café,
quizo despedirla con un beso en la boca y ella terminó por rematarlo con un
beso en la mejilla.
Así concluye la historia del rey suicida.
Federico Rollini 13/02/2013
lunes, 11 de febrero de 2013
La cuerda de la clase media
Había una vez una clase media, por momentos su cuerpo brillaba ante la luz vigorosa, muy musculosa y por otros, se hallaba raquítica, débil y fofa, su vida consiste en caminar por una cuerda, delgada, muy extrema. Tropieza, tambalea, pero siempre camina por la misma cuerda, algunos comprenden que están en una cuerda y caminan lento, dando pequeños pasos, otros en cambio, caminan rápidamente y no se detienen a pensar en lo que se puede encontrar si se caen. De uno de los lados de la cuerda se encuentra la clase baja, vista desde lo alto de la fina cuerda, parece oscura, tenebrosa. Por ello, la clase media tiembla cuando tambalea para ese lado, tambalea porque sopla un viento, un viento fuerte que proviene del otro lado de la cuerda, del lado donde siempre brilla el sol.
Así transcurre su vida la clase media, en una fina cuerda, tambaleándose por los vientos que soplan de uno de los lados, sin reconocerlo como culpable de sus movimientos, caminan con la esperanza de caer del lado de la luz, de lo “alto”, pero el viento sopla fuerte y esto la extenúa, y a veces termina venciendo. Así es la clase media, temiendo caer en la baja, y admirando a la que la quiere tirar.
Federico Rollini 11/02/2013
Así transcurre su vida la clase media, en una fina cuerda, tambaleándose por los vientos que soplan de uno de los lados, sin reconocerlo como culpable de sus movimientos, caminan con la esperanza de caer del lado de la luz, de lo “alto”, pero el viento sopla fuerte y esto la extenúa, y a veces termina venciendo. Así es la clase media, temiendo caer en la baja, y admirando a la que la quiere tirar.
Federico Rollini 11/02/2013
viernes, 8 de febrero de 2013
El Dios de ella
Desde el primer momento supe que no seria fácil, que seria una batalla difícil en todo momento. Los hombres no estamos listos para pelear contra los nuevos Dioses. Esos fantásticos seres épicos que la gente crea. Así lo ve ella, yo lo veo como uno más, pero no es así, y es a ella quien quiero atea y mi enemigo es un Dios creado por ella. ¿Por qué esta locura? Porque él hace todo bien, porque está inmaculado, bendecido por las artes y por los ojos de la creación y, ¿Qué es la creación? Aquello que te aleja de morirte en vida, es ella y nadie mas.
Si lo rebano con mi espada, sangra ella, si lo insulto, ella llora, por eso, con las manos atadas combato ante este Dios adicto al recuerdo, que como tantos otros que andan dando vueltas por ahí sin saber que existo, y que no son de mi agrado. Por eso me he puesto de rodillas ante el tiempo y le suplicado todo lo que me debe, el me acusa de estar desperdiciando el tiempo que le pedí prestado a la eternidad, yo simplemente le pido unos días de yapa, un año o quizás otra vida más, para esperar que el milagro ocurra y los dioses desaparezcan, vuelvan a ser humanos y la batalla sea justa.
Federico Rollini 08/02/2013
Si lo rebano con mi espada, sangra ella, si lo insulto, ella llora, por eso, con las manos atadas combato ante este Dios adicto al recuerdo, que como tantos otros que andan dando vueltas por ahí sin saber que existo, y que no son de mi agrado. Por eso me he puesto de rodillas ante el tiempo y le suplicado todo lo que me debe, el me acusa de estar desperdiciando el tiempo que le pedí prestado a la eternidad, yo simplemente le pido unos días de yapa, un año o quizás otra vida más, para esperar que el milagro ocurra y los dioses desaparezcan, vuelvan a ser humanos y la batalla sea justa.
Federico Rollini 08/02/2013
viernes, 1 de febrero de 2013
Imaginarte
Vivir soñando despierto
tener que entibiar las pasiones
hora tras hora, la nube sigue
allí y aprendí a dibujarte
Aprendí a quererte el día
que me propuse soñarte
algo así como amor a primera
vista
En el diluvio de verano te
imagino, tal como siempre
lo quise, perfecta en
silencio, riendote de la aventura
Me dirás que estuviste
sola esperandome impaciente
te diré lo mismo
y reiremos de la casualidad
Sin conocerte ya te veo
sin conocerme no me imaginas
todo esta al caer
de eso se trata el andar
No existe el ateo, si nuestro
Dios es el amor
no tengo cadenas que me
prohíban imaginarte
Federico Rollini 01/02/2013
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