viernes, 25 de enero de 2013

Acto de Amar


En el acto de amor, hay tres momentos, por siglos el beso se ha creído como el centro, la conclusión, el momento cumbre, y lo es, pero el beso siempre tuvo otras cosas que lo hicieron brillar y sobrevivir y nunca nadie les presto atención: el abrazo, de carácter contenedor, simboliza la protección mutua, no existe el abrazo unipersonal. El que abraza protege y la otra persona sabe que el que abraza queda desprotegido, por ende, abraza también y protege. Así, el beso encuentra su contención y dirección.
Alguien me hizo pensar que el amor es como un baile de tango, si el abrazo falla todo es vano, se pueden dar mil vueltas y maniobras, pero sin contención el baile se fractura y se diluye. El beso sin contención, es pico y el pico es solo un choque de labios.
Cuando el silencio reina, la caricia habla, esta es la ultima escudera del beso, las manos, el cuerpo todo trasmite lo que pueden hacer los labios, estas descienden del viento, antes que los brazos protectores de una madre, nos acaricia el viento, son esos mili segundos los que nos dan la pauta para el resto de la vida. Aprendemos a acariciar porque el viento mismo nos lo muestra al nacer, lo sentimos y luego lo trasmitimos, la caricia es la materialización de la palabra compresión.
Jamás quitare al beso de su legitimo reino, pero no existe el beso como tal, sin el abrazo y la caricia, ambos completan el acto supremo del ser humano. Amar.


Federico Rollini 25/01/2013

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