domingo, 22 de agosto de 2010

SONATA PARA OLAF

Un corazón se deshace en las manos
de un hombre que protege un faro de luz.
El cuerpo se extingue y cede al viento,
las nubes cubren el cielo y lo pintan
de gris, la mar ebria y violenta
sacude sus olas hiriendo a las inocentes
piedras.
Olaf, bravo solitario, enciende un cigarro
artesanal y cierra sus ojos.
Los escombros del perla blanca, deambulan
sin destino en el océano negro.
La culpa se sienta junto a nuestro hombre de mar
y ríe como nunca, siente el poder de ser la
dueña de la verdad.
Los sabios nunca predijeron el doble filo
del amor y menos el de la locura.
Entre labios de ceda, Olaf olvido su trabajo
u desato la tragedia, los abrazos apasionados
de una mujer callaron su conciencia.
El día trajo consigo patadas, insultos y una cárcel,
la dama de la noche había desaparecido
como los sueños cuando uno se despierta.
¿todo ha sido una fantasía? Se pregunta
el guarda del farol nervioso.
Su mente y la soledad fueron amantes por una noche,
la realidad y el mundo quebraron su relación.
Olaf sintió el éxtasis del amor por una noche, pero la
embriaguez vampirica dura poco y la herida de sus
colmillos es eterna.
Un tribunal de hombres ya lo juzgo y Dios se esfumo,
solo ante su triste destino, observa al mar y entiende
su equivocación
La diosa del agua lo desea a él pero el protector del faro
quería placer humano.
Ante el engaño, el agua cobro venganza y lo hirió de por vida.




Federico 22/08/10


Inspirado en la cancion White pearl, black oceans de Sonata Arctica


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