Mi amigo, mi alma en un espejo,
muchas veces bebimos y
disparamos contra dios
nuestras balas verbales,
mamos mujeres y todo lo
que hacíamos.
El tiempo se disolvió
como la espuma en un café
y marchas junto a los demás,
dejando en el olvido lo que te
hacia feliz.
Soñámos ser inmortales,
vagar y delirar por el parque
hasta que Cuerpo aguante
era nuestra mision.
Ahora sólo veo a un hombre
cansado que no se preocupa
y que intenta complacer
a todos.
Adiós amigo, suerte
con tu dinero verde y tus
zapatos que caminan solos
Bajo la lluvia, rezare por los
dos, rezare por un digno final.
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