sábado, 10 de julio de 2010

ORGULLO

Aun, desde mi cielo, no entiendo porque el mundo se esmera en borrar las sonrisas, encarcelar las caricias y liberar de sus cadenas al perro rabioso del orgullo.
Es un canino fiero, de mordida dolorosa, que contagia al resto y provoca eternas guerras sobre campos donde antes crecían flores.


Federico 10/07/10

1 comentario:

Máquina dijo...

me encantó, yo sufrí/o de esas guerras protocolares made in orgullo!!. Abrazooo

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