la cuerpos yacen sobre las cenizas del campo de batalla, aún ella esta ahí y su belleza tambien, la muerte le a quitado la vida pero no su gracia.
pienso una y mil veces en aquel momento donde mi espada atravesó su más intima estetíca y la sangra brotó como nuevo color de piel. Las aves no vuelan sobre esta zona, no tienen intencion de carroñear los cuerpos, se encuentran timidas y apagadas, algo saben, algo sienten.
En otros tantos momentos, sueño con sus ojos, sus grises ojos, solemnes y sileciosos, calidos y furiosos. Mis pesadillas han cesado al saber que sus ojos eran verdad, y que existian bajo este manto de egoismo y violencia en el cual me veo sumergido a diario. la dicha divina ha bañado todo mi odio con eternas luces de esperanza. Tomando un nuevo estandarte me inclinó ante la vida, abandonado el aberno de los reyes, los mefistos y su oro.
Tristeza mía, al entender mi condicion humana, al dar muerte y ella una nueva vida.
fede
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