Te vi escapando de todo
quisiste vivir ajena al
tiempo y luchaste
contra el reloj
Pero la sombra de
esa mano siempre
te alcanzó y marcó
A fuego toda tu
desgracia de ser mujer
Bordo y rojo, a veces
color piel, luego negro
y a veces verde
tu piel no era tu alma
eran las marcas de otro
Un día de tinieblas
fue el trueno de
tu convicción, la decisión
de romper el espejo
lo que te libero
Alzaste tu grito de valquiria
transformaste tu desgracia.
Un cuerpo lleno de salud,
tu piel lucia radiante
todos reímos
Las sombras de sus manos
se asustaron ante tla inmesa luz
fue tu pecho ahora escudo
y tus ojos firmes los que
dijeron basta
Hoy sonreímos, hoy lloramos
celebramos que alguien
nació, descubrió sus
alas y las sombras
mastican soledad.
Federico Rollini (29/06/2013)
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