martes, 28 de mayo de 2013

El juicio

Y un día la culpa logró su cometido, sentarme ante el gran tribunal de lo cotidiano  y juzgarme por mis actos. Presentó una cartera con los mejores recuerdos de mi vida, me denunció por mi presente y por matar mi futuro. Me declaré inocente ante tal homicidio y propuse a la esperanza como mi único testigo. El juicio siguió y las declaraciones de la esperanza se volvieron endebles. el tribunal me encontró culpable y en la prisión de la soledad compadezco, mientras la culpa me observa desde el otro lado de los barrotes.


Federico Rollini 28/05/2013


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