Para continuar esta historia
necesito que seas las palabras.
Ama de un sol rojo,
reina de mil formas,
guía de las estrellas
remotas y perdidas.
Tal vez sea tu belleza
la que alimente las
esperanzas de los ciegos
y con un verbo,
tal vez marques
el principio o el fin.
Cabalga por encima
de toda especulación
no hay futuro sin un
presente feliz y
un pasado inmerso
en penas y alegrías.
En tu boca, la tierra
será la rosa, aquella
que no puede morir,
muy roja y con espinas
cuyo dolor es una perdición
como aquellos ojos que
me miran y me recuerdan
que el tiempo es tiempo
y que con solo verlo volar
se puede esperar una
nueva oportunidad.
Federico 22/08/11